¿Domingo lluvioso y niños en casa? La excusa ideal para que toda la familia se ponga manos a la masa. Y es que esta receta es muy sencilla y la masa de las galletas muy fácil de trabajar, así que os permitirá que los más pequeños de la casa participen en su elaboración y después dejar que las decoren con glasa o fondant. Son deliciosas y os aconsejo que las dejéis reposar un día en un recipiente hermético antes de comerlas para disfrutar plenamente de su sabor, aunque con el olor tan delicioso que desprenden es difícil resistirse a la tentación.
- 60 gr. de azúcar glas.
- 200 gr. de harina.
- 1/2 cucharadita de levadura.
- 120 gr. de mantaquilla a temperatura ambiente.
- 1 yema de huevo.
- 1 cucharadita de esncia de vainilla.
PREPARACIÓN:
1.Precalentamos el horno a 180ºC arriba y abajo.
2. En un bol ponemos la mantequilla y la batimos hasta conseguir una textura cremosa. A continuación, sin dejar de batir vamos añadiendo el azúcar glas. Cuando esté bien mezclado añadiremos la yema de huevo, la esencia y seguimos batiendo.
3. Añadimos la harina poco a poco y vamos amasando con las manos hasta conseguir una masa homogénea y que no se pegue en las manos.
5. Dejamos reposar la masa estirada 1 hora dentro del frigorífico.
6. Sacamos la masa del frigorífico, quitamos el papel film, y la cortamos con cortadores de la forma que queramos. Si no tienes cortadores puedes hacer bolitas y chafarlas o usar un vaso.
8. Sacamos del horno y dejamos enfriar unos cinco minutos, no intentéis moverlas antes porque se romperán. Transcurrido este tiempo las pasamos a una rejilla y dejamos que se enfríen del todo. No olvidéis que antes de decorarlas deben estar completamente frías.
Os dejo una foto de las galletas que decoramos yo y mi hija de 3 años (le encanta decorar), a ver si os animáis y me enviáis las vuestras.