Doy por inaugurada la época de resfriados. Como no me gusta tomar muchos medicamentos intento combatirlos con remedios naturales. Para ello tomo infusiones de eucalipto, saúco y miel para suavizar la garganta y descongestionar. De noche, para respirar mejor, pongo en la mesita de noche una cebolla cortada en pedazos (lo se, no es muy agradable pero realmente funciona). En el desayuno un zumo de naranja recién exprimido por la vitamina C, recientemente he leído que si bien no previene la aparición de resfriados si que ayuda a reducir su duración. Y por último, pero no menos importante, un licuado de la estrella de nuestra receta de esta semana, zanahoria con jengibre. Al ser rica en carotenos, la zanahoria protege la mucosa respiratoria y el jengibre despeja las vías respiratorias.
Y aprovechando que compre zanahorias, compre algunas de más para darme un capricho y preparar uno de mis bizcochos preferidos, y que conste que lo hago por las vitaminas. Je,je,je..