EL COLOR DE LOS PÁJAROS (Leyenda hindú)
«Al inicio de los tiempos todos los pájaros eran marrones y sólo se diferenciaban por la forma. Al ver todos los colores que había en el mundo sintieron envidia y decidieron hablar con la madre naturaleza para que les cambiara de color. La Madre Naturaleza acepto pero les dijo que pensarán muy bien el color que iban a elegir porque sólo podrían cambiar una vez. Dicho esto los cito al cabo de una semana en el claro del bosque.
Los pájaros pasaron una semana muy nerviosos pensando el color a elegir y el día señalado se reunieron con la Madre Naturaleza.
La primera que hablo fue la Urraca:
-Quiero ser negra, con el pecho blanco y la cola azulada.
La Madre tomó paleta y pincel y coloreo a la Urraca tal y como había solicitado.
El siguiente fue el Periquito:
-Yo quiero ser verde y amarillo.
Todos los pájaros comentaron que eran unos colores muy favorecedores.
El siguiente fue el más presumido de todos los pájaros, el Pavo Real:
– Quiero una cola muy colorida, azul, verde, amarillo, rojo y dorado intenso.
Después hablo el Canario:
– A mi me gustaría ser amarillo.
El Loro, que era un poco extravagante le dijo a la Madre:
– Quiero un poco de todos los colores de tu paleta.
El pájaro carpintero fue el siguiente:
– Blanco y negro con una cresta roja.
Cuando todos los colores de la paleta su hubieron acabado y los pájaros lucían orgullosos sus colores, ella empezó a recoger sus utensilios. Se repente una voz la llamó. Era un pequeño gorrión que venía corriendo por el Claro.
-¡Falto yo, falto yo! -gritaba el pequeño gorrión sin aliento- Estaba muy lejos y he tardado mucho en llegar. Yo también quiero un color nuevo.
-Pero ya no me quedan colores.
– Bueno – se conformo el Gorrión- el color marrón tampoco está tan mal, no pasa nada.
-Espera, todavía queda un poco de amarillo en mi paleta.
Dicho lo cual, la Madre Naturaleza, mojó su pincel y deposito una gota de color en la comisura del pico del Gorrión. Por eso, si os fijáis en los gorriones, podéis ver el último color de la paleta que la Madre Naturaleza utilizó para colorear a los pájaros.»
Ingredientes (para 4 raciones):
- 50 ml de nata 35% M.G. (nata para montar)
- 50 g de leche en polvo.
- 25 g de mantequilla.
- 170 g de zanahorias ralladas.
- 110 g de leche condensada,
- 15 g de pistachos picados.
- 15 g de almendras picadas.
- una pizca de canela.
Preparación:
- En un bol mezclamos la nata con la leche en polvo hasta que se integren los ingredientes.
- Forramos una fiambrera rectangular no muy grande (unos 15 cm de lado) con papel sulfurizado.
- En un cazo antiadherente fundimos la mantequilla y añadimos la zanahoria, cocinándola a fuego medio unos 20 minutos.
- Añadimos la leche condensada y lo cocinamos unos 10 minutos, sin dejar de remover, hasta conseguir una masa pegajosa.
- Añadimos la mezcla de leche en polvo y nata y removemos hasta que todos los ingredientes estén bien integrados.
- Bajamos el fuego al mínimo, añadimos la canela y cocinamos durante un minuto más.
- Ponemos la mezcla en el molde aplanándola lo máximo posible y espolvoreamos por encima con los frutos secos picados, apretando un poco con las manos para que se peguen a la masa.
- Dejamos enfriar en la nevera, desmoldamos y lo cortamos a cuadraditos antes de servir. Para mi gusto está mejor de un día para otro.
Ummm!! qué pinta!!!