Con la llegada del buen tiempo y el ligero aumento de las temperaturas entran ganas de disfrutar del aire libre y tomar el sol. Pues bien, en mi mini balcón no toca el sol en todo el día. Luz sí que entra en casa, pero sol, nada. Pero no dejaremos que eso nos desanime y hemos plantado un mini huerto urbano esperando que crezca algo. Eso es una prueba de fe y esperanza, como lo es hacer una crema pastelera para rellenar que salga bien y sea lo suficientemente espesa para trabajarla con manga, a la primera jajaja. Pues bien, con esta receta es posible, así que, en unos quince días, espero ver nuestros primeros brotes de cebollino, rúcula y pepinillos.
Mes: abril 2020
Leche frita.
Será que el estar confinada da más tiempo para pensar o que mi estado melancólico al mirar por la ventana mientras llueve me ha retrotraído al pasado. Quizás el ver encerrada en casa a mi hija que lleva veinte días sin salir y la energía le sale por las orejas. O puede ser el haber rescatado fotos antiguas mientras ordenaba unas estanterías que se habían convertido en un trastero. O quizás todo ello.
La cuestión es que hoy he recordado cuando de pequeña veraneábamos en el pueblo e íbamos a buscar leche a la lechería. Paseando una media hora de ida y otra media de vuelta, cargados con la lechera, correteando por un camino de tierra mientras el sol estaba bajo. Íbamos a por la leche con la tarde avanzada porque sino hacía demasiado calor para que el paseo resultara agradable. Acostumbrada a comprar la leche en brick del supermercado, el ritual del verano me parecía algo que casi rozaba lo mágico.
Ahora es cuando tengo que confesar que odiaba esa leche. No me gustaba nada la nata que se formaba al hervirla, ni el olor, ni la textura, ni el sabor, por mucho que mi madre se esforzará en disimularlo con cacao en polvo o azúcar. Parece mentira como algo que me trajo tantos disgustos de pequeña, mi madre se empeñaba en que la bebiera sí o sí, puede convertirse en un maravilloso recuerdo de adulta.
Y vosotros, ¿tenéis recuerdo de algo que detestarais de pequeños pero ahora recordéis con añoranza?
Y recordando he llegado a la leche frita que preparaba mi abuela. Os recomiendo que la preparéis con leche fresca para conseguir una cremosidad inigualable. !Qué aproveche!
Bizcocho de naranja y chocolate (sin azúcar) con Thermomix o sin.
Empiezo esta receta con un poema que ha compuesto mi hija de nueve años. Me ha parecido muy ilustrativo de la situación actual jajaja.
Hay humanos en mi casa.
Hay humanos en mi casa
y no me dejan descansar,
me molestan con su risa
y no se van ni a trabajar.
Llevan muchos días sin salir
y ya empiezo a estar harta,
¡Qué se vayan!, les he intentado decir,
pero no me entienden porque soy una gata.
Carlota.
Y ahora a por el bizcocho. No subo recetas para Thermomix porque ya hay muchas en las redes y quiero que mis recetas las pueda hacer el máximo de personas posible. También he de deciros que si no tenéis Thermomix podéis hacer la receta siguiendo los mismos pasos y usando la batidora. Continuando con las recetas sanas, os propongo este bizcocho que es delicioso, jugoso y realmente sorprendente para no llevar azúcar. Además es muy sencillo. Partiremos de la base de un bizcocho de yogurt dándole nuestro toque personal. Ya me diréis qué os parece.
Por cierto, este fin de semana prepararé una receta con azúcar porque me ha recordado mi hija que «una vez al año no hace daño» 😉 Eso y que quiere leche frita.