Hace algún tiempo una amiga me pregunto si se me ocurría algo para aprovechar los restos de chufa que quedan tras hacer horchata. Sin pensarlo mucho le conteste galletas y ahí quedó el asunto. Pues bien, el otro día hice horchata y decidí probar a hacer galletas con los restos de chufa. Quedan muy buenas pero para evitar que queden blandas hay que poner las chufas trituradas en un colador y apretar con un tenedor para que eliminen todo el líquido posible. El nombre es invención de mi hija a la que le encantan las «horchalletas».